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La epidemia del sobrepeso y la obesidad ha ido aumentando de forma alarmante con el paso de los años a nivel mundial. Los datos recopilados en España no son más esperanzadores y siguen esta tendencia, presentando el 70% de los hombres y el 50% de las mujeres sobrepeso y obesidad en 2016, y cifrando las expectativas futuras en 27 millones de personas con exceso de peso en 2030. El exceso de peso instalado en nuestra sociedad viene derivado de un cambio de hábitos alimentarios y de estilo de vida donde predomina el sedentarismo. El resultado es una población envejecida afectada por enfermedades crónicas, tales como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cáncer… Ante esta situación, plántale cara al sobrepeso y empieza a cambiar tus hábitos. Para conseguir un estilo de vida saludable sigue estos 8 consejos:

Acéptate tal y como eres

Tener pensamientos negativos acerca de tu aspecto externo y la baja autoestima no ayuda a cambiar tus hábitos. El bajo estado anímico conlleva dificultades para relacionarse y no querer realizar actividades al aire libre, esto unido a los atracones de comida que generalmente conlleva una situación de estrés, ansiedad o depresión, hacen que avanzar hacia un estilo de vida saludable sea una tarea imposible.

Prioriza el consumo de alimentos frescos y de temporada

El consumo de alimentos de temporada nos ofrece un mejor aprovechamiento de sus beneficios nutricionales, además de favorecer una dieta variada con una gran diversidad de alimentos en las diferentes estaciones del año. Además existe un beneficio económico, hay una disminución de los costes y unos precios más competitivos para el consumidor, puesto que hay una mayor producción.

Evita alimentos procesados

El procesado de los alimentos es beneficioso para favorecer la conservación de los mismos, pero a su vez se asocia a enfermedades y problemas de salud debido a la presencia de aditivos e ingredientes refinados (azúcar, harinas, aceites y grasas). Es importante saber leer las etiquetas de los productos alimenticios para elegir las opciones más saludables. Los alimentos procesados son adictivos, aumentan la glucosa en sangre, perjudican el consumo de micronutrientes y favorecen el riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad.

Planifica tus compras

Elabora una lista de la compra en función del número de comensales, las comidas que se realizan en casa y los alimentos almacenados. Es interesante llevar a cabo un registro de los productos de la despensa y los que son necesarios reponer, así se evita comprar en exceso y se reduce el desperdicio de alimentos. Otro de los factores indispensables es no acudir con hambre o prisas a realizar la compra, esto favorece que se antojen productos innecesarios y poco saludables. Haz la compra siguiendo un orden, empieza por los productos no perecederos y acaba por aquellos que necesitan refrigeración y congelación. Prioriza la compra en mercados, además de favorecer el comercio local, nos garantiza la compra de alimentos de temporada y de proximidad, con el consecuente beneficio medioambiental.

Dedica como mínimo una hora al día a realizar actividad física

La realización de actividad física diaria es sinónimo de salud y prevención de enfermedades. Es un pilar fundamental junto a la buena alimentación. La actividad física hay que incluirla en la rutina diaria como una tarea más, elige un deporte que te motive, adaptado a tu situación y que te cause satisfacción, de lo contrario, las posibilidades de abandono son muy altas. No sólo hay que aumentar la actividad física, sino disminuir el sedentarismo, reduciendo las horas frente al ordenador, televisión, tablets o móviles, sustituyendo el ascensor por las escaleras y evitando el coche o el autobús cuando son trayectos cortos y puedes hacerlos a pie.

Duerme 8 horas al día

El insomnio está asociado con un mayor riesgo de sufrir sobrepeso, obesidad y enfermedades metabólicas. La principal causa que relaciona el sueño y el alimento es hormonal. Cuando no dormimos bien o el sueño es de mala calidad, hay una descompensación hormonal que provoca el aumento del apetito, conduciendo a una sobreingesta de alimentos tanto en los desvelos nocturnos como a lo largo del día. Esto unido a disminución de la actividad diaria provocada por la falta de descanso, hace que nuestro gasto energético sea menor.

Mantente hidratado

Una correcta hidratación es fundamental para disfrutar de una buena salud física y mental. La recomendación genérica es beber 2 litros (8 vasos) de agua al día, aunque su consumo puede variar dependiendo de factores ambientales (calor, humedad…) o características individuales (ejercicio físico, metabolismo, patologías…). No espere a tener sed para beber, una deshidratación del 1-2% puede derivar en fatiga, debilidad, sensación de mareo y pérdida de atención. La principal bebida de elección es el agua, complementándose con leche, infusiones, café y té sin azúcar. Los zumos naturales de frutas y verduras y caldos son de consumo ocasional, y hay que evitar el consumo de refrescos y bebidas alcohólicas incluso en pequeñas cantidades.

Consulta con tu dietista-nutricionista

Los únicos profesionales reconocidos para intervenir en la alimentación de las personas o grupo de personas son los dietistas-nutricionistas (diplomado o graduado en Nutrición Humana y Dietética) o técnicos superiores en dietética (formación profesional de grado superior). No dudes en consultar con algunos de estos profesionales que le ofrecerá un asesoramiento individualizado, adaptando tu alimentación a tus necesidades fisiológicas y patológicas.

 Si lo deseas, consulta con nuestra dietista-nutricionista en el 954165259 o por whatsapp en el 659360397.