Los problemas de pareja son los que se presentan más frecuentemente en los organismos de salud mental. Estas dificultades se han asociado con estados físicos y psicológicos negativos. La mayoría de las rupturas se producen por un uso ineficaz de las habilidades de comunicación por parte de uno o ambos miembros de la pareja.
Tras unos años en pareja, te das cuenta de que la relación no es igual que aquella que imaginabas cuando empezó el romaticismo. Las películas y cuentos nos envuelven en historias idealizadas, todos con finales felices a pesar de los obstáculos por los que tengan que pasar la pareja.
La realidad es que estas dificultades son inevitables, pero lo que quizás no sea tan cierto, es que todo termine siempre con final feliz y volviendo al mismo sistema que tenían al principio.
Ante parejas no satisfactorias, en la actualidad, son cada vez más las personas que se plantean buscar una ayuda profesional para solucionar los problemas que les afectan y adquirir herramientas y habilidades que mejoren el vínculo establecido.
Cuando una pareja llega a consulta, por lo general su problema es la comunicación. Una parte de la pareja no entiende y el otro no sabe expresar.
La labor del psicólogo a través de la terapia marital sería la de mediador, orientador o educador para conseguir aumentar la satisfacción de la pareja a través de las habilidades necesarias.
Existen tres formas, correspondientes a los puntos del ciclo del conflicto, por medio de las cuales los terapeutas pueden favorecer el cambio en las parejas con problemas. Éstas son:
Reconocer las situaciones de alto riesgo y evitar interacciones conflictivas.
Aprender a terminar un patrón de comunicación destructiva una vez que ya ha empezado y a salir de una interacción problemática.
Minimizar el impacto de los conflictos que ya han ocurrido.
Para poder realizar estos cambios hay que trabajar las habilidades de comunicación, el entrenamiento en solución de problemas y el contrato conductual.
Enfrentarnos a esta situación nos hace darnos cuenta, de que se han mantenido durante un largo tiempo, unas patrones de conducta que admitimos y normalizamos, cuando son realmente estas normas implícitas las que están separando a la pareja.
Todas las personas tienen sus propios esquemas y creencias sobre el amor y sobre las relaciones de pareja. Estas expectativas e ideas preconcebidas no tienen por qué ser las mismas con las que las personas comienzan una relación, por lo que si no poseen habilidades de comunicación y negociación para establecer un marco de referencia común, la percepción de la relación se deteriorará con la consiguiente posibilidad de poner fin a la misma. Es aquí donde nuestro equipo de psicólogos puede ayudar a ambos miembros a fomentar o adquirir habilidades y herramientas como empatía, autoconocimiento y gestión de conflictos , que les ayuden a mejorar su relación de pareja.
Un saludo.