Según el libro diagnóstico DSM-IV-TR, una persona podría padecer un trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad si se dan los siguientes síntomas:
Un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia, que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican las siguientes características:
- Preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los horarios, hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad
- Perfeccionismo que interfiere con la finalización de las tareas (p. ej., es incapaz de acabar un proyecto porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiado estrictas)
- Dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de ocio y las amistades
- Excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas de moral, ética o valores
- Incapacidad para tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental
- Es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que éstos se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas
- Adopta un estilo avaro en los gastos para él y para los demás; el dinero se considera algo que hay que acumular con vistas a catástrofes futuras
- Muestra rigidez y obstinación.
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